(Esta nota no es sobre Metrología, pero te invito a que la leas. Mi objetivo no es sólo enseñar lo relacionado a la medición, sino también que puedas desarrollar tu liderazgo personal y así tener un impacto positivo en tu vida profesional)
Me gusta arrancar de esta forma en mis capacitaciones. Considero que desafiar al lector o a los asistentes de un curso, es esencial para que se permitan repensar.
Nada de lo que te diga es verdad. Tampoco es mentira. Son interpretaciones, y la interpretación siempre es personal. Por más que muchas personas coincidan en una interpretación, esta no la hace “verdad absoluta”. Podemos nombrar miles de ejemplos a través de la historia donde se fueron derrumbando creencias y se fueron rompiendo paradigmas, y gracias a esto la humanidad fue evolucionando.
Si nada de lo que te diga es verdad, entonces podés elegir con qué quedarte. Podés elegir qué cosas tomar y qué cosas no. La libertad es tuya. Casi como en la vida misma.
Entonces, ¿cuál es el punto? Una vez una persona en un curso me dijo “si no es –verdad-, entonces me sacaste el suelo, ya no sé en qué apoyarme”. El objetivo no es quitar las bases, sino repensarlas, y buscar siempre aquellas creencias e interpretaciones que me abran posibilidades.
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